Por Violant Muñoz i Genovés
No solo Hemingway y Orwell lucharon contra el fascismo en España: una genealogía de las mujeres artistas y activistas que participaron con valor y convicción en nuestra Guerra Civil. En la década de 1930, mujeres y hombres de toda Gran Bretaña, Europa y América se dirigieron a España para participar en lo que consideraban una lucha histórica por la libertad frente al fascismo: la Guerra Civil española, un conflicto que galvanizó a decenas de miles de voluntarios de todo el mundo para unirse a la lucha. Para ellos, la elección parecía clara: o se estaba a favor del fascismo o se estaba en contra. Mañana tal vez el futuro sigue las andanzas de un puñado de extraordinarias figuras extranjeras, esencialmente mujeres, decididas a vivir con valor y convicción. Para entender cómo supieron que había llegado el momento de actuar, Watling bucea en los archivos, diarios, cartas y manifiestos perdidos, y descubre un tesoro de obras de escritoras y otras extranjeras que a menudo habían quedado relegadas a la sombra de hombres famosos como Ernest Hemingway y George Orwell. Da con la periodista novel Martha Gellhorn, que se inicia en España, y con la escritora radical Josephine Herbst, que cuestiona sus lealtades políticas. Descubre a la novelista Sylvia Townsend Warner abrazando una libertad en Barcelona que era imposible para las mujeres homosexuales en Inglaterra y, por el contrario, a Virginia Woolf luchando por mantener la guerra fuera de su vida, perfeccionando al tiempo su posición intelectual. Sigue la pista de las historias de Gerda Taro, una fotógrafa judía cuyo trabajo había sido mal atribuido durante mucho tiempo, y Salaria Kea, una enfermera de Harlem que vio en la guerra una oportunidad para combatir los prejuicios que sufría como mujer de color. Todas estas personas aprovecharon la oportunidad para oponerse a las fuerzas que les atemorizaban. Un año después del inicio de la Guerra Civil, Nancy Cunard realizó una encuesta urgente entre escritores contemporáneos en la que planteaba sin rodeos la siguiente pregunta: ¿de qué lado está usted? Mañana tal vez el futuro explora el modo en que respondemos a ese tipo de dilemas, y cómo sabemos cuándo ha llegado ese momento, el momento de dar un paso al frente. De orígenes y creencias muy diversos, estas mujeres vieron venir la historia y salieron a su encuentro. Sin embargo, la realidad distaba mucho de ser sencilla. ¿En qué momento la tolerancia se convierte en apatía? ¿Dónde está la línea que separa la solidaridad de la apropiación? ¿Es lo mismo escribir sobre la revolución que participar activamente en ella? Con una visión profunda y personal, Watling revela que sus respuestas son tan pertinentes hoy como lo fueron entonces. Sarah Watling es autora de Noble Savages, por el que recibió el Premio Tony Lothian. Es licenciada por las Universidades de Cambridge y Londres, y en 2020 recibió una beca Silvers. (c) Violant Muñoz (c) Mediâtica, agencia cultural
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Por Violant Muñoz i Genovés
Un debut literario agridulce, porque si bien el relato del autor promete grandes historias cuando su yo creativo tome el poder, debo decir que ni tan sólo el título es original, ya que en el 2021 el escritor Jesús Valero firma una novela histórica de idéntico título. La narrativa es ligera y muy visual, con capítulos cortos, un estilo directo y sencillo que evidencia su trayectoria como guionista. Recrea atmósferas que consiguen transportarnos a una Jaca envuelta en borrascas y teñida de una niebla plomiza que todo desdibuja. Y ésta es, sin lugar a dudas, su mejor aportación: descripciones muy detalladas y realistas que logran colocar al lector dentro de la historia pasando frío, miedo y desconfianza provocados por la dualidad de la belleza del paisaje que choca frontalmente con la hostilidad y el peligro del entorno. Mención aparte merece la construcción de los personajes, de bulto redondo, dotados de personalidad y psicología propia, a pesar de ser un gran número. Personajes solitarios que esconden incontables secretos que nos provoca una desconfianza generalizada hacia todos ellos. Incluida la propia víctima…. El narrador omnisciente en ocasiones nos desubica un poco sobre quién o de qué nos habla, pero es debido a la gran cantidad de personajes que se entrelazan en la trama. Me ha gustado, y mucho, que nos muestre los vínculos afectivos entre el personaje principal, Simón y su mascota, Avellana. Se trata sin duda de la nota amorosa por excelencia de esta narrativa. En mi opinión, el final es precipitado, le falta un poco más de desarrollo, ya que quedan algunos cabos sueltos que generan dudas al lector. Tal vez la intención del autor sea continuar la historia en una próxima entrega. Empecé la reseña señalando la no originalidad del título y acabó remarcando las similitudes con la Trilogía del Baztán de Dolores Redondo, o la de “El silencio de la ciudad blanca” de Eva García Sáenz de Urturi. Quiero creer que se deberá a la admiración que Txemi Parra profesa a ambas escritoras. Me quedo con ganas de leer su próxima novela, para ver cómo evoluciona su pluma creativa. (c) Violant Muñoz (c) Mediâtica: agencia cultural Por Violant Muñoz i Genovés
Marina Greco, de testigo discreta de cientos de historias de amor a promesa de la literatura romántica. Tras diez años al frente de Lagrimones, escuchando historias de amor para ponerles palabras y voz, Marina Greco presenta su primera novela. El horizonte que nos prometimos no es la historia de un amor épico. Cuenta un amor de verdad, tejido con los sentimientos más puros y auténticos de los que su autora ha sido testigo de excepción. Con 11 años, Marina Greco empezó, sin saberlo, a escribir las primeras líneas de su proyecto Lagrimones, desde donde redacta textos personalizados para momentos especiales. Hoy, aquellos discursos para la jubilación de una profesora de matemáticas o las notas de amor de su primo para su primera novia… han dado paso a un auténtico taller artesanal en el que Marina da vida y voz a unas emociones que han sido también el motor de su primera novela, El horizonte que nos prometimos. Gracias a Lagrimones, una idea que nació en 2014 y que «ha ido creciendo poco a poco, como un hobby que se me fue de las manos»– explica la autora–,«he tenido la ocasión de colarme en más de 250 historias de amor: de conocerlas, vivirlas y contarlas». Votos matrimoniales, discursos de boda, regalos de cumpleaños, o cartas para un ahijado o unos abuelos que «me han conmovido y que me han mostrado cientos de formas reales de sentir, de amar, de soñar”. Esta novela no narra un amor épico; cuenta la historia de un amor de verdad. El que empieza cuando en la pantalla sale The End y la vida se entromete para complicar las cosas. En el que hay que luchar por el otro. El que da más miedo, porque es auténtico y puede convertirse en eterno. Cuando Elena y Jero se conocen en la otra punta del mundo, ambos buscan curar sus heridas en solitario. Sin embargo, entre las playas. Poner palabras e incluso voz a todas estas historias, ha dado forma a un auténtico museo de emociones. Pasiones, anhelos, decepciones, abrazos y miradas que son irrepetibles pero también inspiradoras. El horizonte que nos prometimos es una ficción tremendamente real. Una novela construida con los sentimientos más puros y auténticos que Marina Greco ha conocido en los diez años de vida de Lagrimones. Islas paradisíacas y los amaneceres inolvidables de Sri Lanka, se sorprenden coleccionando momentos que creían que jamás vivirían. El amor les atraviesa y desordena todos sus planes, pero el viaje termina y deben regresar. Ella a Madrid y él a Barcelona. ¿Serán capaces de vencer sus miedos y luchar contra un destino que se empeña en alejarlos? © Violant Muñoz i Genovés © Mediâtica, agencia cultural Por Violant Muñoz i Genovés
El Maestro está de vuelta. Andreu Martín regresa con una novela de grandes dosis de humor negro, en la que realiza una radiografía a la justicia (o injusticia) a la propia policia y a esta red de mafias que domina cada día más la ciudad de Barcelona. Muestra la Barcelona más oscura, aquella que se intenta mantener oculta, la que no debe mostrarse al público. Marc Olván es un abogado de oficio en horas bajas, enamoradizo y alcohólico, que no pasa precisamente por un gran momento. Lidia Pedralba es una madre desesperada porque su hijo está en prisión preventiva, a la espera de juicio, acusado de violar a un niño de cuatro años. Pedralba necesita un abogado para actuar contra Daniel Trujillo, el juez que ha enviado a la cárcel a su hijo sin ni siquiera escucharlo, a la vez que ha dejado en libertad al jefe del peligroso clan de los Klimovski, que ya hace unas décadas que controla el tráfico de drogas y armas en Barcelona. Olván será el escogido para llevar a cabo la investigación. No lo tendrá fácil: en una ciudad que es escenario de la escisión de los partidos independentistas, el tal Trujillo se cree el amo del mundo. Él y sus amigos, como el inspector Regueira, dictan sentencias y órdenes expeditivas y se lo pasan en grande en la discoteca Racket, un local de moda nocturno de Barcelona donde se encuentran encantadoras mujeres y extravagantes personajes. Olván se implicará a fondo en el caso y será testigo de las idas y venidas de Trujillo con los Klimovski, y de las luchas internas del clan. Andreu Martín, es un escritor especializado en novela negra y policíaca desde 1979, y comparte sus conocimientos como profesor en el Ateneu de Barcelona. © Violant Muñoz i Genovés © Mediâtica, agencia cultural Por Violant Muñoz i Genovés
La poeta Júlia Peró debuta en la novela con una obra incómoda, tierna y estremecedora a partes iguales, que pone sobre la mesa la vejez y una soledad y un deseo de los que apenas se habla. A Olvido ya nada le parece más evidente que la vejez. Y su soledad. Hace tiempo, demasiado, que su cuerpo se ha llenado de colgajos, ha empezado a deformarse lentamente como el recibidor de su piso, cada vez más frío, húmedo, amenazante. Tanto que Olvido ya no sale de casa ni quiere atender el telefonillo o mirarse en el espejo de la entrada para no tener que atravesar esa estancia de olor acre y paredes de gotelé que se le echan encima. A resguardo en su saloncito, se limita a esperar que el tiempo pase mientras toma café, pinta en su libro para colorear, recita haikus o discute con el gato. Y a la par que espera, intenta hacer memoria. Recuerda, entonces, que un día sonó el timbre y ella temió que fuera un ladrón pero en la puerta había una chica que venía a cuidar de la casa y de ella. La chica tenía la voz suave y una juventud que parecía ser la cura para su soledad. Y una melena negra, espesa, la piel canela, los ojos, los labios: tan bella, pensó Olvido, que la vejez no sabría por dónde empezar a roer. El ritual se fue repitiendo: sonaba el timbre, la chica entraba, traía comida, ventilaba la casa y cuidaba con ternura a Olvido, que de pronto creía ver a su acompañante por primera vez y después recordaba, o fingía recordar, con algo de dificultad y el deseo abriéndose paso en ella, creciendo en cada roce con ese cuerpo lozano. Y trayendo consigo celos, fantasías, vergüenza y frustración ante tanto apetito no saciado. Olvido recuerda también una discusión, un forcejeo en el recibidor. Ahora la chica ya no viene. La nevera está vacía, el libro para colorear, completo y la memoria carcomida de Olvido, mezclándolo todo: la chica, una discusión, las manos cubiertas de grasa de su padre, sus muslos de niña también cubiertos de grasa, ella y su madre marchándose lejos de casa, la madre muriendo vieja y senil en una residencia. Sentada a pocos metros de ese recibidor que tanto miedo le da y hace que su soledad sea aún más absoluta, no sabe bien por qué, Olvido espera que las horas pasen o la muerte venga mientras un ejército de hormigas se prepara para escarbar otro hormiguero. Escritora y artista multidisciplinar, Júlia Peró debutó en 2020 con un celebrado poemario, Anatomía de una bañera, al que le siguió la publicación de Este mensaje fue eliminado, un proyecto a caballo entre la poesía, la narrativa y la experimentación conceptual que se gestó en Instagram y se convirtió en libro en 2021. Explorar formatos de escritura y registros es, sin duda, uno de los motores creativos de una autora joven y polifacética que da el salto a la novela con “Olor a hormiga”, una obra cruda, tierna y perturbadora a partes iguales, que orbita en torno a la vejez. La acción irreversible del tiempo, un hilo que recorre sutilmente toda la producción literaria de Peró a través de motivos como la muerte, el duelo o los mensajes que borramos de nuestras conversaciones cotidianas, cristaliza ahora en las arrugas, la espalda encorvada, los olvidos y la confusión de una anciana que, aislada, lidia con la senectud y su compañera más temida, la soledad. Con apenas dos personajes femeninos y un gato entre cuatro paredes, Júlia Peró compone una historia que cuenta con los ingredientes más característicos de la novela de horror gótico: una mujer encerrada, una casa que se describe como un personaje más y no es refugio sino prisión, y una voz narrativa muy poco fiable que se trama entre lagunas de memoria, recuerdos distorsionados, fantasías, trampas mentales y contados destellos de lucidez. En este género narrativo, que tradicionalmente ha sido expresión de tabús, pulsiones reprimidas y miedos colectivos, la autora encuentra una batería de recursos para hacer frente a los fantasmas y narrar la vejez entendida como una decadencia física y mental que no se elige, simplemente sucede; pero también, como una realidad incómoda que se suele invisibilizar o, en el mejor de los casos, reducir a un puñado de inofensivos lugares comunes. Entre aquello que Olvido nos cuenta y la forma que adquiere un relato salpicado de bucles, desdoblamientos y ambigüedades existe una correspondencia que es la manifestación misma de una conciencia carcomida por la edad, el aislamiento y el miedo latente, y al mismo tiempo, de todo aquello que se le niega a la representación de la vejez: el deseo, el sexo, la vergüenza, la rabia y la frustración. Al ritmo de una narración que mezcla y yuxtapone presente, pasado e imaginación, Olor a hormiga se revela como una novela que combina terror y gestos del thriller, y a su vez, como una inesperada historia de amor no correspondido, un relato de violencias domésticas que, como los traumas de infancia de la protagonista, discurre bajo la superficie, y una obra atravesada de metáforas donde entre zánganos, una casa tomada por las hormigas y el contacto de un cuerpo viejo con otro que irradia juventud, se halla un modo de insinuar lo que la memoria borra, los silencios esconden y la lengua no puede expresar de forma directa. A través de la delicada sencillez de un haiku o del horror y lo siniestro que se materializa en un recibidor sombrío, los estremecedores retazos de memoria de una anciana y aquello que la mujer calla, Júlia Peró hurga, con atrevimiento y una singular sensibilidad, en la intimidad. Brutalidad y belleza, tanta violencia y carencias como ternura, se conjugan en las páginas de una primera novela que, anclando allí donde soledad, deseo y dolor se entrelazan y alimentan mutuamente, da voz y restituye el cuerpo a una vejez femenina que, nos recuerda Olvido, es vista apenas como pura obsolescencia, un resto de existencia en el que la posibilidad de amor parece no tener cabida. © Violant Muñoz i Genovés © Mediâtica, agencia cultural Por Violant Muñoz y Genovés
El escritor Ulises Bértolo nos presenta en La Dama del norte, un infierno dominado por hombres. donde ELLA fue la reina indiscutible. Recrea de forma extraordinaria y realista la vida de Ana Garrido, la mujer que lideró el narcotráfico en España. Esta adictiva novela mezcla el ritmo trepidante de los mejores thrillers de acción con la mirada íntima de una vida fuera de lo común. Ana Garrido quiere volar, aunque no lo tendrá fácil. Nacida en la localidad asturiana de Degaña, es la pequeña de cinco hermanos, ve cómo su padre, minero, casi se deja la vida en el trabajo y su madre es un ama de casa sacrificada. Pero ella quiere dejar de ser una niña pobre de las minas asturianas. Siendo una adolescente, irá a casa de su madrina en Lérida para trabajar en Sederías Catalanas, la tienda más importante de la ciudad. La idea es que se labre un porvenir, acorde con lo que esperaría su familia, pero en aquel lugar conocerá a la reveladora Camile. La esposa del dueño del establecimiento es una francesa cuya visión de la vida influirá fuertemente en Ana, que ya empieza a replantearse el mundo regido por los hombres y a mostrar su ingenio. Sin embargo, la muerte de su hermano Ino a manos de un Guardia Civil será difícil de asimilar para ella. Perderá la fe en Dios. Comienza a salir con Silverio, con quien se casará pero también la decepcionará hasta extremos inimaginables, llegando al mal trato. Ana logra salir de todo ello, y ahora sí, iniciar un nuevo camino. De la mano de su cuñado y el hachís se introducirá en el narcotráfico. El éxito de sus primeros pasos con el hachís y la ambición por querer escapar de un pasado ligado a la pobreza, hará que la protagonista busque crecer en el negocio. La Fuente, una discoteca manejada por los Colombianos en Madrid será la puerta que le de entrada a demostrar sus dotes en el narcotráfico a gran escala. Ana, que se ganará la confianza de sujetos despiadados, será conocida como la Rubia. Y la Rubia quiere poder. Mucho más poder. Siendo la gran excepción, como mujer y madre de un niño, logrará controlar en España una industria criminal dominada por los hombres. En el mundo al que ahora pertenece, las traiciones se pagan con la propia vida y con la de los seres queridos. Aunque para los narcos no hay segundas oportunidades, para Ana sí hay posibilidades de resurgir. Eso logrará tras ser traicionada por uno de sus colaboradores. La protagonista se verá obligada a huir hasta Colombia. A su vuelta, y a pesar de empezar de cero para poder ascender a la cumbre criminal, Ana terminará entre rejas, condenada a más de treinta años de prisión por dirigir el mayor alijo de cocaína jamás decomisado en Europa, en la llamada Operación Temple. Aún así, no se arrepiente. Ella es la Dama del norte. Esta extraordinaria novela nace del testimonio real de su protagonista, que lideraba un alijo de 14.000 kilos de cocaína incautados en el barco Tammsaare y en una vivienda de A Pobra do Caramiñal en julio de 1999. Pero la historia de La Dama del Norte, narrada en una cautivadora e íntima primera persona, no se centra únicamente en el caso de la captura de la protagonista, sino en la profundidad de una vida llena de dobleces, fatalidades y decisiones que la encumbraron en un mundo peligroso en el que las mujeres parece que tiene poco que decidir. Ulises Bértolo, recrea la voz de Ana con una cercanía abrumadora. Así, narra toda su vida incluso desde antes de entrar en la industria del crimen, como su infancia en Asturias y sus vivencias en Lérida. Aunque será a partir de sus primeras experiencias con el tráfico de hachís, de la mano de su cuñado, cuando la trama avanzará con el ritmo de un thriller vertiginoso hasta su detención, condena y permiso para salir de prisión. El misterio y la crueldad de un universo tan oscuro no darán tregua a los lectores, que se sorprenderán con todo lo que hay detrás de esta mujer, sus cómplices y sus enemigos. En La Dama del Norte hay escondites, lujos y excesos, operaciones criminales millonarias, cambios de identidad, persecuciones, torturas y arrestos. Todo ello con una base real. Porque Ana Garrido existe y sigue viva. Y el mundo al que ella perteneció también perdura con otros rostros y grandes golpes policiales. El autor logra equilibrar de forma brillante la trama criminal con las motivaciones personales de la protagonista. Así describe la atmósfera interior de Ana, sus temores por cómo puede afectar la vida que ha escogido voluntariamente a su familia, sus desengaños amorosos y su enorme ambición, junto a sus impactantes vivencias llevadas al límite. La protagonista es un sujeto fuera de lo común que genera empatía y atracción, pero su retrato, aunque novelado, no busca su redención. Sí, nos atrapa, pero también puede provocarnos rechazo por sus anhelos. Los lectores serán testigos de cómo se mueven los hilos en las altas esferas de los narcotraficantes, cuáles son sus códigos internos, los enfrentamientos entre las distintas facciones de delincuentes, los retratos de sus integrantes desde los narcos colombianos a los capos gallegos y sus respectivos secuaces y de qué manera se llevaban a cabo las investigaciones policiales, con las escuchas como la principal vía para lograr el botín. Y es que el autor logra construir cada una de las escenas elegidas con grandes dosis de realismo y de acción. © Violant Muñoz i Genovés © Mediâtica, agencia cultural Por Violant Muñoz i Genovés
EL SACRIFICIO DE UN HOMBRE, LA LUCHA DE UNA FAMILIA, LA CONCIENCIA DE UN PAÍS. El 5 de marzo de 2013, Nicolás Maduro, sucesor designado por Hugo Chávez, anunció la muerte del dictador, aunque —nos explica Javier Moro— luego se supo que había fallecido tres meses antes. Este secretismo sirvió para que Maduro manipulase la situación y se asegurase las elecciones presidenciales, concluye el autor. En 2014, tras liderar las manifestaciones de protesta contra el régimen de Maduro, el joven activista Leopoldo López tuvo que enfrentarse a una complicada: abandonar Venezuela y seguir luchando por la libertad de sus compatriotas en el extranjero, o permanecer en Caracas y correr el riesgo cierto de una durísima condena de cárcel. No lo dudó ni un instante. Se metió en la boca del lobo. Y se convirtió en héroe. En un juicio amañado, fue condenado a catorce años de prisión. Esta es la historia de cómo sobrevivió, de cómo sus padres y, sobre todo, su esposa, Lilian, movieron cielo y tierra para conseguir su liberación. Y, al hacerlo, desenmascararon ante el mundo la verdadera naturaleza del régimen. Con el estilo lleno de fuerza que lo ha convertido en uno de los autores actuales más respetados, Javier Moro ofrece en estas páginas el relato de unas vidas que tuvieron que pasar de la normalidad a la excepcionalidad y que, por ello, resultan tan apasionantes como ejemplares. Con Nos quieren muertos, Javier Moro firma una de las mejores novelas de no ficción periodística de los últimos años. Basándose en una profunda investigación en distintas fuentes y archivos, en una completa bibliografía —que ha incluido al final del libro— y en entrevistas personales con los protagonistas, ha construido una obra profunda, trepidante como el más interesante de los grandes reportajes y tan absorbente como sus mejores novelas históricas. Los hechos narrados abarcan un decenio, desde la proclamación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, en 2013, hasta la actualidad. Hay, naturalmente, menciones a hechos anteriores, que ayudan a enmarcar los acontecimientos narrados y completan el retrato de los principales personajes. La novela sigue un desarrollo cronológico. Está dividida en tres partes, correspondientes a las tres fases de la aventura vital de Leopoldo y Lilian, y de la misma Venezuela durante el período 2013-2023. La primera parte, «EN LA BOCA DEL LOBO», describe el nacimiento de las protestas contra Maduro hasta el ingreso en prisión de Leopoldo. La segunda parte, «SALVAR A LEO», narra la dureza de su encierro, los esfuerzos de Lilian, los padres de Leopoldo y sus colaboradores por conseguir su libertad, y los momentos más importantes del proceso que acabaría con una condena de catorce años de prisión. La tercera parte, «¡LA LIBERTAD, HERMANO!», se inicia con su salida de prisión para cumplir un arresto domiciliario y los hechos que culminaron con su exilio en Madrid. LEOPOLDO LÓPEZ (Caracas, 1971) procede de una familia vinculada con la política venezolana desde principios del siglo XX. De hecho, el prólogo de Nos quieren muertos nos lleva a Puerto Cabello, en 1925, cuando el doctor Eudoro López —cirujano con un posgrado en la Sorbona— es liberado del castillo de San Felipe, convertido en prisión por el dictador Juan Vicente Gómez, un enemigo contra el que lleva luchando casi dos décadas. El combativo doctor López era el bisabuelo de Leopoldo. Leopoldo López estudió Economía y su primer empleo fue en la compañía Petróleos de Venezuela, en la oficina del Economista Jefe. Realizó, además, un máster en Políticas Públicas en la prestigiosa Escuela de Gobierno John F. Kennedy, de la Universidad de Harvard. En 2009, presentó el movimiento opositor Voluntad Popular. Fue alcalde del distrito caraqueño de Chacao entre 2000 y 2008. Su desafío al gobierno de Chávez le valió una continua persecución política. Dice de él Javier Moro: «...Leopoldo López se había distinguido por una gestión transparente y eficaz. Gran orador, se hizo rápidamente muy popular, tanto que las encuestas lo daban ganador a la alcaldía de la Gran Caracas y lo colocaban como rival de Chávez en unas eventuales elecciones. El comandante olió el peligro y echó mano del director del Tribunal de Cuentas, un dócil aliado, que inhabilitó a su adversario para cargos públicos bajo la falsa acusación de uso indebido de fondos estatales. Así fue como le cortó las alas. Ya Venezuela había dejado de ser una democracia...» LILIAN TINTORI (Caracas, 1978). Esposa de Leopoldo López y madre de sus tres hijos: Manuela, Leopoldo Santiago y Federica. Se graduó en Educación Preescolar en la Universidad Católica Andrés Bello y ejerció unos años como maestra. En 2002, obtuvo un certificado de locución en la Universidad Central de Venezuela. Durante seis años trabajó en diversos medios de comunicación, tanto radio como televisión. En 2009 se diplomó en Comunicación Política en su antigua universidad. Cuatro años después, en 2013, se graduó Coach por la International Couching Community. Es una destacada deportista, antigua campeona de su país en kitesurf y habitual corredora de maratones. Después de la detención de Leopoldo, en 2014, multiplicó su presencia pública en defensa de las víctimas y represaliados por el régimen de Nicolás Maduro. Tras sus entrevistas con varios dirigentes internacionales, entre ellos los presidentes en ejercicio de Estados Unidos, España, Argentina, Chile, Brasil y México, convirtiéndose en el rostro internacional de la oposición venezolana. Es imposible incluir en el dosier todos los personajes que cuentan con un papel importante en este drama venezolano. Además de los padres de Leopoldo López —DOÑA ANTONIETA MENDOZA y DON LEOPOLDO LÓPEZ—, amigos y colaboradores de Leopoldo López y Lilian Tintori, políticos venezolanos e internacionales, funcionarios, jueces y fiscales, militares, empresarios, diplomáticos, etc., Javier Moro recupera la memoria de estudiantes y de trabajadores asesinados y represaliados, y de otras víctimas del régimen de Maduro. La mayor parte de la narración de Nos quieren muertos está situada en diversas localizaciones del área metropolitana de Caracas. La otra ciudad con un peso específico importante en la novela es Madrid, en donde Leopoldo y Lilian viven en la actualidad con sus tres hijos. Viajamos, además, a otras ciudades venezolanas y capitales internacionales. Estos son cuatro de los escenarios con mayor presencia —real y simbólica— en el libro. Prisión de Ramo Verde. Centro penitenciario militar situado en Los Teques, capital del Estado de Miranda, y que forma parte —en el sudoeste— de la Gran Caracas. Es conocida por su estricta disciplina, reservada a militares y a civiles que, como Leopoldo López, el régimen considera un riesgo para la seguridad del Estado. La Tumba. Se llama así al quinto sótano situado bajo el edificio de la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), en la plaza Venezuela, de Caracas. Se ganó una terrible reputación durante las protestas de 2014 y 2017. Dispone de celdas pequeñas en las que los detenidos son sometidos a un aislamiento controlado con cámaras y micrófonos. Residencia y embajada de España. Leopoldo y Lilian se refugiaron en la residencia de la embajada de España. Las oficinas de la legación se encuentran en la avenida Mohedano, en La Castellana. Ambos complejos están situados en el municipio de Chacao, el más próspero de la capital, del que Leopoldo fue alcalde. Palacio de Miraflores. Sede del Gobierno de Venezuela. Allí está ubicado el despacho oficial del Presidente de la República. Se encuentra en la zona centro-oeste de Caracas, no muy lejos del Palacio Federal Legislativo. Aunque comenzó a construirse durante la presidencia de Joaquín Crespo (1884-1886), no empezó a utilizarse como Palacio Presidencial hasta 1900, bajo el gobierno de Cipriano Castro. Javier Moro es uno de los autores más queridos por los lectores y valorado por la crítica del panorama literario en español. Periodista y escritor, también ha trabajado en el mundo del cine como guionista y productor. Entre sus libros, destacan Senderos de libertad (1992), El pie de Jaipur (1995), Las montañas de Buda (1998), Era medianoche en Bhopal (2001), en colaboración con Dominique Lapierre, Pasión india (2005), El sari rojo (2008), El imperio eres tú (Premio Planeta, 2011), A flor de piel (2015), Mi pecado (Premio Primavera, 2017), y A prueba de fuego (2020). © Violant Muñoz i Genovés © Mediâtica, agencia cultural Entrevista a Virginia Garzón Albiol por su novela "Un tesoro en el ovlido" publicado por Ediciones B11/22/2023 Por Violant Munoz i Genovés
«La baldosa hidráulica es un arte en peligro que debemos proteger» .- ¿Cuéntanos cómo nació la idea para escribir la novela? El artículo «Los Robin Hood de los suelos», de la periodista Ana Sánchez me descubrió una realidad que yo desconocía, la de los rescatadores de baldosas. Las recogen de los sacos de escombros y las salvan de la destrucción. Barcelona, como tantas otras ciudades, es objeto de una especulación urbanística salvaje y estamos perdiendo auténticas obras de arte. Gracias a los cazadores de baldosas, conservamos parte de este patrimonio artístico e histórico. El tema me fascinó y, cuanto más investigaba, más descubría la importancia que los pavimentos hidráulicos tuvieron durante el Modernismo. Algunos diseños contaron con los artistas más reputados del momento, como el dragón protagonista de la novela, obra de Lluís Domènech i Montaner y que figura en el catálogo número 6 de la fábrica Escofet (año 1900). Enseguida sentí la necesidad de escribir una novela sobre las baldosas hidráulicas para devolverles el lugar que les corresponde. La idea de relacionarlas con un tesoro surgió de forma espontánea, porque cada una de ellas es un pequeño tesoro. .- ¿Te costó adentrarte en el mundo de las baldosas y contactar con los expertos en el tema? El artículo de Ana Sánchez me descubrió a dos rescatadores de baldosas, Alberto Twose y Joel Cánovas, más conocido como The Tile Hunter. Primero curioseé sus redes sociales para ver lo que hacían, y luego los contacté para entrevistarme con ellos. En el transcurso de la investigación descubrí un libro fundamental para la escritura de la novela: L'art del mosaic hidràulic a Catalunya, de Jordi Griset, publicado hace dos años en castellano como El arte del mosaico hidráulico. Él y su libro fueron esenciales para comprender la belleza y la importancia de este tipo de suelos durante el Modernismo. Con el libro descubrí la existencia de Mosaics Martí, un taller de Manresa que continúa fabricando baldosas hidráulicas al estilo tradicional. Albert Martí, nieto del fundador, me abrió las puertas del taller y, con Jaume Torrejón, maestro mosaísta, fabriqué tres baldosas. Todos fueron encantadores y respondieron a mis preguntas, incluso las más extrañas. El personaje de Bernat se hace querer, da vida a uno de los cazadores de baldosas. .- ¿Cuánto de real hay en él? Bastante. Me inspiré en The Tile Hunter, con el que me he reunido en numerosas ocasiones. Es imposible hablar con él y no sentir su pasión por las baldosas hidráulicas. Hace poco me dijo una frase que resume muy bien su sentir: «no hi ha rajola lletja», «no hay baldosa fea». Siente una imperiosa necesidad de rescatar todas las baldosas posibles, porque la alternativa es su destrucción. Se desvive por salvarlas, a pesar del dolor de espalda que conlleva cargarlas, del estrés de no saber dónde guardarlas porque tiene muchas, miles. Le aprecio muchísimo y le considero un buen amigo. Bernat no existiría sin Joel. .- ¿Podemos encontrar en Barcelona los seis dragones idénticos? En Barcelona hay unos cuantos dragones idénticos, pero no los de la novela. Esos son producto de mi imaginación. O mejor dicho, de la de Florencio. Sí son reales las localizaciones del dragón original de Domènech i Montaner en el Ateneu, MNAC y Farmacia Bolós. .- ¿Ve la autora una Barcelona diferente una vez terminada la novela? Por supuesto. Veo una ciudad llena de arte por todas partes. Un arte que está en peligro y que debemos proteger. Es parte de la historia de la ciudad, de nuestra gente. También veo dragones en cada esquina, lo que resulta un poco inquietante. .- El personaje de Clara al inicio de la historia, es una figura desconfiada, que no cree en la fantasía. ¿Dirías que su relación con los cazadores de baldosas, con Gisela, ¿le abre las puertas a un mundo nuevo? Estoy convencida de ello. Gracias a la relación que mantiene con todos ellos, se abre al mundo, a la vida. Como en el mundo real, la relación con los demás es lo que la hace evolucionar. .- De los distintos barrios que mencionas en la novela, Galvany tiene un papel fundamental. ¿Por qué has escogido este barrio y no otro? Por un tema sentimental. Era el barrio de mi familia materna y, también, el mío durante muchos años. Que el domicilio de Clara esté en la calle Madrazo no es casual, como tampoco lo es que su abuela Teresa trabajara en el mercado Galvany o que haya escenas en la panadería Roura, el rápido Lodeiro, la perfumería Marta o la librería Casa Usher. Ha sido mi manera de homenajear al barrio y a su pequeño comercio. .- En la novela se trata con naturalidad el tema de las relaciones sentimentales entre mujeres. ¿Para ti era importante darle este enfoque? Sí, porque es un reflejo de nuestra sociedad actual. Durante décadas, en este país las mujeres lesbianas, y el resto del colectivo LGTB Q +, no han podido disfrutar de los mismos derechos que las parejas heterosexuales y, encima, han sido perseguidas, como refleja la historia de Teresa, la abuela de la protagonista. Me parecía importante señalar esta mejoría y, de este modo, celebrarla. .- ¿Tendremos pronto otro tesoro por descubrir? ¿Estás trabajando en otro manuscrito? Estoy a punto de terminar el primer borrador de mi siguiente novela. Todavía le falta trabajo, pero la historia ya está bastante dibujada. Por superstición, prefiero no desvelar todavía nada de la trama, aunque sí puedo adelantar que va sobre el mundo del cine. ¿Qué mensaje quieres trasladar a los lectores de tu novela? Espero que la novela les haga mirar de otra manera el suelo que pisan. También me gustaría que la historia de Clara, Florencio y los demás personajes les invite a soñar. A veces los sueños se cumplen. Con esta novela yo he cumplido el mío de publicar en una editorial tradicional, y nada menos que en Ediciones B. Me siento muy afortunada y agradecida. © Violant Muñoz i Genovés Por Violant Muñoz i Genovés ¿Qué le dirías a tu madre que no le has dicho nunca? ¿Y si hubiera cosas que no sospecháis la una de la otra? Tras la estela del éxito de “Mujeres que compran flores”, que ha vendido más de 300.000 ejemplares y se ha publicado en más de veinte países, la nueva novela de Vanessa Montfort explora los complicados lazos entre madres e hijas con una historia emocionante, tierna, cómica e inteligente que cautivará tanto a unas como a otras. Porque no todas las mujeres son madres, pero todas son hijas. Mónica entrena perros para la Policía Nacional, aunque siempre ha querido ser detective, y debe lidiar con una madre que llama permanentemente su atención. A raíz de la extraña muerte del paseador de perros del barrio, se encargará de investigar qué sucedió recuperando el contacto con su grupo de amigas de la infancia, ya que sospecha que sus madres ocultan algo. Se hacían llamar «las malas hijas» y, aún hoy, no consiguen sentirse lo suficientemente buenas: una actúa como madre de su propia madre; otra se sintió abandonada por su progenitora; otra nunca ha escuchado que esté orgullosa de ella... ¿Conseguirán reconstruir sus relaciones maternofiliales como mujeres adultas? ¿Descubrirán el misterio de la muerte Orlando? Estos enigmas se resolverán bajo la atenta mirada de los perros que paseaba, quienes también tendrán mucho que decir sobre cómo manejamos las relaciones humanas. «A los siete años le dices: mamá, te amo. A los diez: mamá, te quiero. A los quince: mamá, déjame en paz. A los dieciocho: quiero irme de esta casa. A los cuarenta: mamá, no me controles. A los cincuenta: no te vayas, mamaíta. A los setenta: cuánto daría por estar cinco minutos contigo, mamá» Así resume uno de los protagonistas el lazo que nos une con nuestras madres, un lazo inquebrantable que no pocas veces parece estar a punto de romperse. Crecer provoca en nosotras la necesidad de tomar nuestro propio camino y alejarnos de la herencia que a menudo rechazamos, una forma de reivindicar que tenemos derecho a ser nosotras mismas, una independencia reclamada y necesaria que con la edad aprenderemos a conquistar más o menos sanamente. Llegado el momento, cortaremos el cordón umbilical, pero no para alejarnos, sino para dejar de cargarlas con nuestro peso emocional. «... las madres, con sus cuidados, son los primeros seres humanos que nos hacen sentirnos deseados». «El error está en pensar que la madre que te crió bien o mal tiene que seguir haciéndolo ahora, en el futuro. Hay que reconstruir esa relación, pero desde dos adultos que tienen que adaptarse a sus nuevos roles. Y dejar que ellas conozcan a ese yo que, sí, claro que es consecuencia de nuestra crianza, pero también de cómo nos hemos construido nosotros mismos después. No echemos balones fuera, compañeros... Ese yo en el que nos hemos convertido, si no dejamos que lo conozca ni siquiera nuestra madre, acaba sintiéndose solo. Y desconectado de ella y del mundo...». Tras documentarse a través de entrevistas para tomar notas del natural (como hiciera con Mujeres que compran flores,) y con psiquiatras expertos en terapias familiares, Montfort ha logrado dibujar en “La hermandad de las malas hijas” cuatro nuevos prototipos de relaciones maternofiliales que podemos identificar en la actualidad y en los que la gran mayoría de los lectores se verá reflejado. La dependencia, el chantaje emocional, la deuda afectiva, la dificultad de ser madre y tener que cuidar de tu propia madre, la sospecha o incluso la certeza de no ser lo que ellas esperaban, de no cumplir sus expectativas, el abandono (de madre a hija y viceversa), la culpa... son algunos de los temas que la autora desarrolla en las páginas de esta novela. Esta es también una historia generacional, pero de dos generaciones. El reencuentro de un grupo de amigas que provoca otro, el de las hijas con sus madres, que pertenecen a otra generación: muchas pasaron de ser niñas a mujeres y madres de la noche a la mañana, sin que nadie las guiase y las cuidara. Que fueron ellas las que les dieron alas, a pesar de que sabían que las dejarían solas. ¿O no lo sabían? Que tejieron un hilo para guiarnos por un laberinto de libertades recién conquistadas. Y que no hay por qué sentirse una mala hija por no ser perfecta pero tampoco debe de sentirlo una madre. Un diálogo nunca surge de los reproches. “La hermandad de las malas hijas” es una historia original con una fuerte carga psicológica. Una lectura alegre y tierna a veces, y otras profundamente íntima y crítica. Un homenaje a la madre de carne y hueso, a las nuestras, pero también a esas hijas que lo hacen lo mejor que pueden, a nosotras. Un regalo para compartir que puede ser la llave que abra una ventana al diálogo sentimental: ¿qué le dirías a tu madre que no le hayas dicho nunca? ¿qué crees que ella te diría a ti si pudiera? ¿ha llegado la hora de hacerlo? La Plaza de Oriente se convierte en un personaje más, un personaje de leyenda. Desorientada, como sus personajes, y que ha sufrido los cambios del tiempo. Una desorientación que marca la relación entre unas madres que sienten que han dejado de serlo y unas hijas que, erróneamente, se convierten en madres de sus madres. «La plaza... Había sólo cuatro en el mundo con ese nombre, pero, de todas, la plaza de Oriente de Madrid era la única orientada a Occidente como una brújula estropeada. Quizá por eso a lo largo de los años fue uniendo tanto como desorientó a quienes la habitaron. Gracias a eso también les regalaba delirantes atardeceres con los que soñar o enamorarse». Las madres fueron una vez fuertes y valientes a ojos de sus pequeñas, fueron mujeres antes de que ellas llegaran al mundo. Fueron ellas quienes vivieron bajo una Dictadura, fueron a la universidad y corrieron delante de los grises mientras pregonaban ideologías que denunciaban la represión y la necesidad de libertad. A pesar de todo, no todas pero sí muchas, volvieron sus casas tras las primeras conquistas y hoy, cuando sus hijas han volado del nido, se preguntan dónde se quedaron sus vidas porque el espejo de sus hijas amplifica sus frustraciones. Las madres de esta novela fueron zarandeadas por unos vientos de cambio que agitaron la Transición. Y entonces, en medio de aquella vorágine, descubrieron cuánto estaba cambiando el Madrid señorial y herido desde la posguerra. Cada vez éramos más modernos y la plaza de Oriente, que en el fondo ha seguido siendo la misma, con sus reyes godos vigilando desde el pasado, su Teatro Real y sus cafés antiguos, vivió quizás su mayor transformación a raíz de su condición de peatonal en la década de los noventa. «Margarita siguió recordando: por aquel entonces esa pastelería se llamaba la Tahona del Espejo, como el nombre de la calle, y las ruinas que se veían ahí, bajo el suelo de metacrilato, eran las antiguas murallas que defendían Madrid (...) Pero para Margarita aquel lugar era un placer culpable: le gustaba por sus tartaletas de hojaldre en forma de cisne, porque se columpiaban en el aire melodías barrocas y porque, en su día, allí bajaba a comprar el pan Mariano José de Larra. No dejó de hacerlo ni siquiera el día en que se voló la cabeza sobre uno de sus libros, ¿sabía eso?, justo en aquella casa, y señaló con su dedo huesudo unos balcones». Los libros de Enid Blyton; La historia interminable, que todos los de varias generaciones leímos, emulando a Bastián Baltasar Bux; Barrio Sésamo, los dibujos de Hanna Barbera, la señora Fletcher, Dallas, las series que veían nuestros padres y compartían con nosotros, Dinastía o Falcon Crest; el David Bowie que para los niños de entonces se convirtió en el rey de los duendes (Dentro del laberinto); Indiana Jones y el primer eslabón de nuestra cultura cinéfila... Esa cultura a la que ellas abrieron la puerta formó parte del paisaje de una ciudad también compartida: en la Joy Eslava hemos bailado madres e hijas y ambas hemos cerrado bebiendo El Anciano Rey de los Vinos o el Caripen, ese antiguo tablao de Lola Flores...
© Violant Muñoz i Genovés © Mediâtica, agencia cultural Por Violant Muñoz i Genovés El pasado regresa para hacer justicia. Una mujer asesinada en extrañas circunstancias. Un hombre enigmático de origen ruso. Una policía atraída por el principal sospechoso. La ciudad de Valencia (España) se despierta una fría mañana de invierno con la noticia del extraño asesinato de una mujer. La disposición del cuerpo y las particularidades de la escena hacen que la policía se plantee que esa muerte no es más que el comienzo de un juego de pistas ideadas por el asesino que debe conducirlos a la verdad. La investigación del caso lleva hasta el Hypnerotomachia Poliphili, un extraño volumen del siglo XV, con páginas repletas de jeroglíficos y multitud de grabados con un contenido sexual nada habitual para la época. La víctima, Clara, dirigía junto a su hermano un proyecto de investigación sobre el Alzheimer en Bio Xontec, la empresa biomédica de su padre, por lo que, en primer lugar, las pesquisas llevan a la policía hasta la compañía y hasta Francis Burrel, que colaboraba con Clara en el proyecto.
Galería de personajes:
Los escenarios de la novela Ambientada en diversos lugares emblemáticos de la ciudad de Valencia, enclaves históricos donde tuvieron lugar macabras ejecuciones y, como contraste, el romántico parque de Polífilo o el luminoso paseo de la Malvarrosa.
La referencia literaria: el Hypnerotomachia Poliphili Manuscrito publicado en Venecia en el siglo XV, sigue la tradición del amor cortés y representa una misteriosa alegoría. Incluye jeroglíficos y refinados grabados, algunos eróticos. Los crímenes recrean torturas extraídas de este libro. |
Violant Muñoz i Genovés
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April 2024
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